Bang Bang

Una simple mirada, asesino todo aquel recuerdo, teniendo en vida lo que siempre quize de muerto. Curiosamente la locura vino a mi mente, disturbias, tifones, que revolvieron y destruyeron mi cordura, siempre habia creido que la buena postura diplomatica, seria aquello que me alejaria de el dolor y seria lo mas importante en la existencia del ser; fue ese dia en el cual te conoci que todo cambio, yo una persona frivola, de pensamientos rigidos, que hacia de la vida de cualquier persona fuera un juzgado, en el cual yo absorvia sus deseos impuros, pero como niebla te metiste dentro de mi eter. La oscuridad invadio todo mi ser se apodero de mis deseos mas puros, e hizo que ellos mismos se suicidaran como una especie de matanza mental, en la cual no necesite de mover un solo dedo para que todo ocurriera, mis deseos eran cada vez mas llenos de lujuria y pasion, con tan solo mirarte mi obsesiva razon, me elevaba a los orgasmos mas profundos de una noche desesperanzada, con una palabra tuya, olvide que existia, y cai ante tus brazos, en el abismo insumergible del paraiso, donde podia sentir mi cuerpo retroceder como una gota a traves del tiempo y del espacio, como materia resultante de la insuficiencia de mi alma. A la mañana siguiente desperte, en una bella habitacion, llena de lujos no sabia donde me encontraba pero podia observar que era la habitacion de algun Vizconde, ya que tenia tres espejos muy grandes y una cama tan inmensa que parecia un barco sobre el mar, no recordaba que paso la noche anterior solamente recuerdo una locura, insulsa a locos deseos que provenian de mi interior, liberandose en la noche del baile cuando conocí, aquel caballero de mirada penetrate como el mismo rayo de sol al amanecer, al instante entro en la habitacion, el vizconde, y se presento: -Saludos mi bella dama me alegra que haya despertado, permitame presentarme soy el Vizconde Rossini y si me permite mi lady usted se ve radiante como un hermoso diamante azul. -Muchas Gracias Vizconde es un placer conocerlo mi nombre es.. -Francesca Di Monti Rossi Hija del Virrey. -Si asi es mi señor, y gracias por el alago me podria explicar que paso anoche! -Cayo desmayada por un repentino desmayo provocado por su apretado corse de su hermoso vestido rojo que por cierto estan lavando las mucamas. -Nuevamente gracias por su hospitalidad Mi lord pero tengo que retirarme. De pronto sus ojos Azul penetrate como el mismo color del oceano me miraron con un deseo tan inmenso que me fue imposible no mirarlo, viendolo bien era intrigante su sola presencia, alto, blanco, Ojos azul marino como el corazon del mar un cabello oscuro y tan limpio que reflejaba como espejos la luz del sol y una sonrisa la cual podria conquistar a cualquier ser de este planeta. -Si usted bella dama desea retirarse esta en su derecho pero estaban preparando el desayuno por si desea quedarse. -Solo por educacion mi lord lo acompañare en el desayuno y despues partire a Napoles en seguida. El se abalanzo sobre mi y me entrego una rosa de un color muy peculiar una rosa color negro azabache como nunca habia visto pero era tan hermosa como un diamante negro. -para usted mi lady para que no me olvide jamas...